Este viernes, a sus 99 años, falleció Alberto Marcolini, arquero de la primera división de fútbol de Ferro. Además fue jugador de rugby y tenis en el equipo de Caballito. Desarrolló hasta su fallecimiento el periodismo deportivo, trabajando hasta sus últimos días para el Diario Crónica.
Desde FerroWeb nuestro pequeño homenaje y recuerdo de quien compartió últimamente con toda la gente de Ferro la fiesta de los 100 años de Ferro en el estadio profesional. Alberto Marcolini fue en Ferro Carril Oeste arquero de fútbol, jugador de rugby, tenista, coordinador general de tenis y socio vitalicio.
A contnuación un breve resumen de notas y reportajes realizados por distintos medios de prensa
En un lugar de privilegio en el cielo
Por Luis Frydel - Diario Crónica - Edición Impresa 01-06-2013
Alrededor de las 14 de este viernes, en la Clínica y Maternidad Suizo Argentina de la ciudad de Buenos Aires, se apagó la vida de Alberto Marcolini, un golpe bajo a la gran familia de este diario. Tierno, comprensivo, amigable, sabio... Quien fuera por largos años un colaborador periodístico “de los de fierro”, dedicado enteramente a reflejar, analizar y contar todo lo que en cuanto a tenis sucediera, llegó al final de su camino para dolor de todos, sin excepciones, quienes lo conocieron.
Cultor de la transparencia y las buenas costumbres dentro y fuera de la profesión, era familiero con adoración inconmensurable por su hija Elsa y nietos. “Marco” estuvo match point abajo en la tarde de ayer por un paro cardíaco irreversible que secundó un cuadro de un edema pulmonar que lo venía peloteando. No pudo. Dios no quiso, sin dudas, porque prefirió mudarlo a un lugar de privilegio en el cielo.
Se fue, pero ¡cuánto nos queda de él! Aleccionador por la valoración de las cosas simples. Tozudo a los avatares que el deterioro físico nos depara a todos con el paso del tiempo. Siempre para adelante a pesar de todo, sobremanera por una motricidad mermada en sus piernas en estos últimos años. Así lo determinó su destino, caprichosamente, justo en el umbral de su “cumple” número 100.
Nosotros, quienes hacemos el diario Crónica, nos enteramos por su chofer , Raúl Rolón, el “Rolo”. “Me lo dijo un día, él quería cumplir los 100 años para recién después retirarse del periodismo”. Sí, pintado de cuerpo entero.
Riqueza en estado puro. Su memoria prodigiosa nos regaló semana a semana en cada uno de sus pasos por la redacción anécdotas increíbles, para las que debemos acotar que antes de su rol de periodista, el querido
Marco fue un extraordinario deportista todo terreno.
Arquero en la Primera División de Ferro en los finales de la década del 30, luego, una vez retirado del fútbol y tras haber jugado ante “monstruos” como Erico, Moreno o Pedernera, por su habilidad con las manos y su fuerte patada le llegó que lo reclutaran para el rugby del club de Caballito jugando de back.
Más tarde, el tenis como jugador al máximo nivel nacional, al punto de enfrentar en el court central del Buenos Aires Lawn Tennis al número uno de Inglaterra o a Enrique Morea, Alejo Russell y Heraldo Weiss, entre otros.
Mi amigo, y amigo de todos, Alberto Marcolini está en la gloria. Y el próximo 23 de octubre, aún en su ausencia, nosotros le festejaremos en nuestra redacción sus 100 dulces años porque a él así le hubiera gustado.
Sus manos mágicas cumplen 99
Por Marcelo Maller
Alberto Marcolini nació el 23 de octubre de 1913 y su vida estuvo ligada al deporte. Como tenista enfrentó a Alejo Russel y a Enrique Morea. Y como arquero de Ferro le arruinó un campeonato a River en el 38: "Les ganamos 2-1. Hasta con la cola saqué una pelota".
Edición impresa Diario Clarín - 23-10-2012
Alberto Marcolini está de fiesta. Y no es para menos porque hoy cumple 99 años. Casi diez décadas con un denominador común: su amor por el deporte, Este hombre que nació el 23 de octubre de 1913 tiene la misma claridad mental que cuando era tenista, o como cuando fue arquero de Ferro. Y su entereza, similar en aquellos momentos de rugbier. "Marco", además, le contó a Clarín.com su vida como !periodista¡
En una mesa esperan recortes y fotos antiguas. El blanco y negro domina varias de ellas. Un joven alto, con porte y elastico está por pegar una volea en la tapa de la revista del club Ferro, su gran amor. "Empecé a jugar al tenis a los 15 años para Ferro. Jugué el ascenso, al otro año estuve en intermedia y luego pasé a la Primera. También llegué a capitán y más tarde dirigí la escuela de tenis", explica al mismo momento que acompaña sus palabras con un continuo movimiento de manos. También se entretenía jugando al rugby en el club de Caballito. Fueron seis años con la ovalada.
Se ufana de haber jugado "en campeonatos con Alejo Russell y Enrique Morea, con el campeón de Inglaterra", pero humildemente explica que "en la primera o segunda ronda", Guillermo Vilas lo abraza en la foto que lo está mirando de frente en su hogar de Belgrano. Por eso no se cansó de decir en la charla que: "Siempre jugué al tenis. Después fui profesor en IBM, allí estuve dando clases como diez años. Me pagaban muy bien", cuenta con una sonrisa pícara.
Pero dentro suyo había un futbolista también. Y lo rubrica con un "desde sexto grado era arquero. Y en la calle, el árbol y la pared eran mi arco". Su estatura y el físico le daban la mano para contemplar y cuidar los tres palos. Así se inició en las canchas. "Empecé en Estudiantes de Buenos Aires cuando All Boys no me puso más en Primera", comienza. En el club de Caseros jugó 31 partidos en el ascenso entre 1936 y 1937. "Jugué un año solo. Vino el diputado Beiró, el de la calle, y me dijo: si me jugás un año, te doy el pase y me lo dieron. Debuté contra Platense, 4 a 3. Me gritaban maricón en la cancha. Yo era del club social, del tenis. Jugaba al fútbol porque me gustaba ir al arco. Y así jugué en Ferro en 1938 y 39", contó tras su búsqueda en el túnel del tiempo de la memoria. Alguna palabra se resbala en la velocidad que amerita contar la historia, alguna, se pierde en el largo camino vivido.
Justo dio en la tecla Marcolini. La que hace sonar aquella bella música del triunfo frente a River por 2 a 1, el 6 de noviembre de 1938. En aquella tarde de la fecha 28°, a Marcolini lo acompañaron Rubén Noceda y José Sícaro; Pascual Alessio, José Dacunto y Ciro San Jorge; Juan Maril, Alfredo Borgnia, Jaime Sarlanga, Bernabé Gandulla y Raúl Emeal. Enfrente estaba el cuco de los grandes nombres que formaba con Juan Besuzzo; Ricardo Vaghi y Alberto Cuello; Esteban Malazzo, José Minella y Aarón Wergifker; Carlos Peucelle, Eladio Vaschetto, Luis Rongo, José Moreno y Adolfo Pedernera.
Sus ojos se iluminan y la sonrisa aflora en su rostro. "En el 38 le ganamos 2 a 1 a River. Estábamos en la mitad de la tabla. Me acuerdo bien; nos reunimos en la mitad de la cancha y Dacunto era el que mandaba, yo era del club. Y dijo: Marcolini, si ganamos hoy va a haber guita. Porque había una curtiembre que daba un regalo para el equipo. A mí me tocó 200 o 300 pesos. Yo era un pájaro de otra jaula", señaló.
"Eran Rongo, Pedernera, Moreno, Peuccelle, y no sé quien más. Era un equipo bárbaro. Minella de centro half. Y les ganamos, nos querían romper la cancha. Me acuerdo que hasta con la cola saqué una pelota", sonríe el Maestro. Tras esa caída, River ganó cinco partidos seguidos pero no le alcanzó porque el campeón fue Independiente. Veamos lo que decía el diario El Mundo, sobre una de sus atajadas aquel día: "Presionó River durante los primeros 5 minutos y al cumplirse ese lapso, Peucelle envió un centro y Marcolini se lució al detener la pelota cuando intervenía Moreno".
Marcolini atajó 30 partidos en Ferro y luego se retiró porque "me había emepezado a presionar mi señora porque salía lastimado de la cancha. Una vez contra Lanús me rompieron el escafoide". "Y entonces me decidí a volver al tenis y fui capitán del equipo, en la Intermedia. Ganamos el campeonato y fuimos a Primera", agrega.
Después llegó el periodismo aunque con el tenis de por medio. Ingresó al diario El Mundo donde "entré como obrero especializado y quedé. Luego estuve en avisos, yo los ponía. Y luego en Crónica", diario que aún lo cobija y donde hoy le cantarán el feliz cumpleaños. Pero se sincera y dice "para decir la verdad yo no me considero periodista de raza, pero puedo decir que soy un colaborador". Un gigante.