24.07.13 - 12:30 ¦ Generales

TODO ES HISTORIA VERDOLAGA - LA DÉCADA PERDIDA (El Comienzo)

Envalentonado con el ascenso, Mascardi mostró la soberbia del adinerado. Batió un récord para esta etapa: incorporó 23 futbolistas para afrontar la temporada 2003/2004 del Nacional B. Lo que en realidad sucedió, fue un amontonamiento de jugadores, no el proyecto de un grupo organizado con un objetivo de ascender. Desde hace diez años Ferro –con dinero o sin él– reitera una política que, como único resultado, le permite deambular de mitad de tabla para abajo.

Tras el ascenso, "Lupus´ ejercitaba una variante de la máxima de Winograd (Jacobo): “Billetera Mata Capacidad”. Optó por renovarle la confianza al técnico Raimundo; algo que duró sólo dos fechas; y mantener del año anterior a Bangert, Gonzalo González, Sekagya, Cardone y Daniel Verón. A este quinteto hay que sumarle la siguiente extensa lista: Martín Ríos y Campestrini (arqueros); Gustavo Ortiz, Williams Martínez, Mohamed Nsubuga, Gastón Stang, Cristian Ayala y Facundo Elfand (defensores. N del R.: Elfand jamás jugó, Stang sólo lo hizo de visitante ante San Martín de San Juan); Martín Agostena, Carlos Barrionuevo, Walter Bustos, Pablo Del Río, Nahuel Fioretto, Osvaldo Ojeda, David Ramírez, Miguel Angel González y Juan Pablo Caffa (mediocampistas) y para completar la Lista de Schindler, en la vanguardia se tomaron los servicios de Federico "Carucha´ Lagorio, Gastón Grecco, Ariel Mangiantini, Oscar Velasco (colombiano) y los ínclitos brasileños André Da Silva; quien respondía al llamado de "Beto´; y Stragliotto, conocido popularmente como Tiago.
A este “batallón”, lo acompañaban Taboada, Saucedo, Décima, Young, De Porras y Salmerón, los jóvenes del club. Mientras que se fueron a préstamo: Mario Costas, Matías Díaz, Jaime Molfeso, Luis Catalán, Pablo Saucedo y Agustín De La Canal; Mascardi vendió a Tula, Klein y Maxi Velázquez y Alexis Ferrero quedó libre.
Promediando el torneo, De Porras y Ortiz fueron a préstamo a Indochina; Saucedo, Salmerón y Young cedidos a clubes de la B y Taboada quedó libre. El único sobreviviente era un jugador mediocre que, pese a las incorporaciones que traían, siempre jugaba: el "Perro´ Félix Décima.


















El juego de las diferencias: Elfand no jugó ni un minuto en Ferro; ¿para qué se lo trajo? Campestrini, con más pelo y menos tatuajes, actuó apenas un par de partidos. El "Mago´ David Ramírez, quizás el refuerzo más hábil y talentoso que vino en todos estos años.

Convengamos con el lector que, la primera reacción al leer esta nómina, es pronunciar –solo o ante interlocutor–: ¡¡¿Te acordás de éste?!! De eso se trata esta serie de artículos: tener memoria, repasar aciertos y errores y entender por qué, el fútbol de Ferro está como está (y el club también, claro).
Oeste empezó de local y mal: la primera fecha cayó ante Godoy Cruz y a la segunda, un empate eyectó del cargo a Raimundo. Para la sucesión, el sabio dedo de Mascardi señaló al veterano Oscar López, quien sólo consiguió conformar una campaña mediocre (6 triunfos, 5 empates y 6 derrotas). En el Apertura 2003 FCO terminó en el puesto 12º, con 24 puntos (el ganador fue Instituto, con 36 unidades), 6 victorias, 6 empates y 7 derrotas; 23 goles a favor y 18 en contra. El goleador fue Salmerón, con 5 tantos, seguido por Lagorio con 4 goles –todos marcados en la penúltima fecha, en el 8 a 0 ante Gimnasia de Entre Ríos–.
El comienzo del Clausura 2004 fue nuevamente irregular, por lo que las primeras fechas fagocitaron a López, siendo ungido José María Castro en el cargo, quien nunca pudo obtener regularidad a lo largo del campeonato. Ferro terminó sexto, con 30 unidades (la pool position la obtuvo Almagro con 37 puntos), ganó 9, empató 3 y volvió a perder 7, con 20 goles a favor y 19 en contra. Lagorio fue el goleador con 8 tantos, seguido por Ramírez, con 4.


Nsubuga, apuesta de Mascardi para niveles superiores, uno más, nada más. "Carucha´ Lagorio, pese a los goles no generó idolatría entre la parcialidad.










En la tabla general, terminó 7º, con 54 puntos y, como el chiquilín del tango, con la ñata contra el vidrio, miró finales y promociones, observando, no sin cierta envidia, cómo Instituto, Almagro, Huracán de Tres Arroyos y Argentinos ascendían a primera. La prepotencia de la billetera y la inmensa cantidad de refuerzos, estuvieron bastante alejados del objetivo declamado: volver a la máxima categoría.
(continuará)

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