28.02.14 - 11:06 ¦ Basquet

La fiesta, más allá del resultado

Temprano ya había movimiento en la Catedral del Basquetbol Porteño. Los hinchas llegaban de a poco y empezaban a poner sus clásicas banderas bordeando el perímetro de la bandeja superior del Etchart mientras los vallados de rigor ya estaban colocados.
También temprano llegaron los jugadores locales para empezar su rutina de tiros al aro. Alrededor de las 19:30 se presentaron los jugadores de Vélez quienes se saludaron con sus pares e iniciaron sus movimientos. De a poco las graderías iban ocupándose con la expectativa del clásico que se venía.
Faltando unos 1 minutos para comenzar el juego, Marcelo Figueras recibió un merecidísimo homenaje por ser el fotógrafo de la Liga y quien tantas veces retratara a los ídolos verdolagas. Seguidamente, la dirigencia local hizo un reconocimiento a dos ex de la institución, hoy en Vélez: Joaquín Olmedo y Gabriel Sapochnik. Ambos recibieron su merecida ovación.
Luego de esto, y como para hacer hincapié sobre lo que se quiere, ambos planteles, mezclado entre sí, compartieron una foto con una bandera que rezaba simplemente: NO A LA VIOLENCIA.
El clima se hizo aún más impactante con la presentación olímpica de ambos elencos. El amperímetro saltaba fuertemente y las manos se enrojecían de aplaudir a sus ídolos. La fiesta estaba en marcha.
Luego hubo un partido, como corresponde, jugado con dientes apretados como todo clásico. Quizás no bien jugado, con errores, pérdidas, bajos porcentajes pero absolutamente leal. Los casi 1700 espectadores vibraban con cada conversión local y sufrían con las ajenas. Era el básquetbol en estado puro, como soñamos todos.
Y si algo le faltaba a la noche era un suplementario, esa película de suspenso que el básquet le reserva a determinados partidos para que la noche tenga más sabor.
Y esta vez la historia fue para el visitante, que se llevó el clásico sobre el final dejando el historial ahora 3-2 para Ferro a nivel nacional. Y la visita no solo ganó, sino que pudo festejar su triunfo abrazándose en la cancha y retirándose como corresponde: en paz.
Mientras tanto, un ovillo verde de jugadores se armó en el centro de la cancha, hizo su arenga y recibió la ovación de su gente agradeciendo la entrega. Todos mascullaban la bronca de la derrota, pero la misma se canalizó alentando, como deben hacer los verdaderos hinchas.
Así se viven las fiestas en el Etchart, con enormes partidos y marco multitudinario. La próxima cita en Avelaneda 1240 será el viernes 7 de marzo ante Independiente de Tandil con la misma idea: fiesta popular y basquetbol. Están todos invitados.

Prensa Ferro Basquet
www.ferrobasquet.com

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