SIEMPRE ES UNA CUESTION DE ACTITUD

02-10-2006

Van pasando los partidos que el hincha quería ganar y se suman las decepciones. Pasó contra Platense y nos quedamos con los buenos primeros veinte minutos, olvidando rápido que los partidos duran noventa. Pasó Chacarita y no nos podemos quedar con nada. Muchachos, si no va a haber ascenso, este tipo de finales hay que jugarlas con actitud, con ganas, con enjundia. Y si no tenemos fútbol para ofrecer, pongamos vergüenza, corazón. Si Ferro no va a salir a plantear un partido de ataque, como debiera hacerlo cualquier equipo que tenga ganas y ambición de ganar, como debiera hacerlo cualquiera que quiera ascender, cualquiera que vista la camiseta de Ferro y entienda que el doble 5 y la ausencia de enganche, sumados a un punta y medio (Monje es volante, adelantado, pero volante al fin) es una invitación a que te domine el rival; si no tenemos todo eso, ni las ganas ni la actitud ni la pericia necesaria, al menos no tengamos más generosidades con el rival. No regalemos penales, ni le miremos la espalda a cuanto jugador pase del medio hacia arriba, ofrezcamos un mínimo de seguridad en la línea de fondo, apretemos los dientes en el medio, y si toca la mala, que sea porque nos quebraron irremediablemente, no por errores groseros ni timidez escénica. Aún en la mala, en la pésima, donde todos se quieren aprovechar de la pésima realidad, Ferro sigue siendo Ferro, y ser Ferro significa ser grande, lo quieran o no entender. Y eso implica hacer cosas de grandes. Jugar como tal, lo primero.

Gustavo Medina

 

HAY QUE ACOSTUMBRARSE

25-09-2006

Oscar Garre va a tener que trabajar y mucho con este plantel para sumar puntos. Porque quedó demostrado tras el empate ante los sanjuaninos que la racha que traíamos de 2 triunfos seguidos era un espejismo. Porque estuve en Varela y se que ante Defensa no se jugó bien, sólo nos metimos atrás para defender el 1-0, y luego se le ganó con comodidad al peor equipo de la categoría. Ante San Martín, a pesar de jugar casi una hora con un hombre de más, no se nos cayó ni una idea para ganar el partido, es más, tenemos que agradecer el punto. Hubo pocos para rescatar, me quedo con Akerman (pelea solo ante las defensas rivales) y Fazio (qué pasa, pibe, que no querés firmar contrato? Te olvidas que gracias a Ferro jugás en la Selección?).
A medida que pasan las fechas, me queda cada vez más claro que tenemos un plantel armado para estar en mitad de tabla, no para pelear arriba como muchos creen. Y no hay que echarle culpas a nadie. Ni a todos los socios que ponen plata para bancar el plantel, porque trajeron en base al poco dinero que tenían, y agradezcamos lo que hacen. Ni a Rodolfo Pereira, llamativamente insultado desde la primera fecha, que de la larga lista de jugadores que pidió, sólo pudieron traerle a Fabricio Simone. Ni al Organo Fiduciario, que no puede gastar la poca plata del club en el fútbol cuando hay que hacer lo imposible para mantener a Ferro con las puertas abiertas. Por eso acostumbrémonos a esto, a ver un equipo que hará lo que podrá sábado tras sábado para sumar puntos, nada más. Ojalá me equivoque, aunque no soy optimista.
PD 1: Gracias por todo, Pelado. Ojalá puedas quedarte laburando en las inferiores porque hiciste un gran trabajos a lo largo de los años que estuviste ahí y para que en el futuro tengas la revancha que te merecés con la Primera. Porque tengo memoria y no me olvido que agarraste el fierro caliente hace poco más de un año y nos dejaste en la categoría, cuando todos (y me incluyo) nos imaginábamos de vuelta jugando en Ensenada, Flandria y la Isla Maciel. Y porque tuviste la desgracia de que te crucificaron desde antes de empezar este torneo, sólo había que esperar para ver en qué fecha te iban a pedir la renuncia.
PD 2: Mucha suerte, Ciruja. Porque si te va bien a vos le va bien al equipo, solo por eso. Porque tengo memoria y no me olvido de lo que pasó en 1997. Ni olvido, ni perdón.

Mariano Almada

 

LA EMBAJADA CENTRAL

18-09-2006

Si alguien dudaba sobre la vigencia de la maquinita de fabricar marcadores centrales, de auge bajo el comando de Griguol, luego en declive con la caída del club, ahí está Federico Fazio, con ínfulas de Ronaldinho, cerrando un costa a costa (bicicleta incluida) con una asistencia deliciosa a Monje. Y, ya en su salsa, bancando la puesta a punto de Cuberas, todavía en otro ritmo. Y cerrando a espaldas, por momentos, de los dos laterales. Y cortando luego a varias yardas de su territorio, con la energía propia de sus 19 años. El pibe desanda su camino, en la senda del eterno Roberto Ayala, el último gran exponente, tras los pasos de Sergio Vázquez o, más acá, con menos suceso pero idéntico sudor invertido, Cristian Tula.
Ante Ben Hur lo bañó su primera gran ovación, luego del susto por su enfrentamiento con los hinchas tras el 2-2 con Godoy Cruz el torneo pasado, con el peso en el lomo de que aún no firmó su vínculo con el club, lo cual, en cualquier corazón que bombee verde, le resta irremediablemente puntos. pero la situación obliga a verlo con otros ojos, con pupilas interesadas más allá del pique de la pelota. Fazio es patrimonio en juego. O patrimonio jugando, en la vidriera. Y es el valor justificadamente mejor cotizado del plantel. Es lógico, en breve pasará por el mercado, lo más probable, luego del Sudamericano Sub 20 de Paraguay, en Enero. Será clave la inteligencia para negociarlo, la tajada será un paso importante en la cruzada por la recuperación de la economía del Tren. Mientras, impera seguir disfrutándolo sin pruritos ni prejuicios. También cuando parta, y sea embajador itinerante de una máquina que no quiebra... 

Pablo Cavallero

 

FERRO ESTA EN PROBLEMAS

03-09-2006

No hay mucho para discutir. Si necesitás generar diez situaciones para meter un gol, estás en problemas. Si un equipo viene futbolística y anímicamente caído, tiene una inyección de motivación con el cambio de director técnico y eso se refleja en las ganas que ponen en la cancha, pero no en la puntería a la hora de mandarla a guardar, estás en problemas. Si sabés que necesitás un triunfo como el agua y en vez de arrancarle la cabeza al arquero rival en un penal, la tocás con displiscencia después de anunciarle al mundo por megáfono adonde lo vas a patear, estás en problemas. Si al primer gol que te meten todo lo que habías hecho se derrumba como un castillo de naipes, como si apenas hayamos asistido a un espejismo, estás en problemas. Si con media hora por jugar y dos goles abajo, el técnico decide hacer cambios de pieza por pieza en vez de jugársela a defender con tres y tratar de forzar una situación que, vamos, cualquiera podía darse cuenta que no tenía remedio, estás en problemas. Y si después de un buen primer tiempo, el DT rival te cierra tu mejor vía de llegada, la izquierda, te deja toda la derecha libre y los dos hombres que van por ahí no tienen una buena tarde y nadie parece darse cuenta, estás en problemas. Si viste el partido en la cancha, sabés de que estamos hablando. Ferro está en problemas. Y graves, mi amigo. Ojalá el tiempo desmienta este pronóstico pesimista que uno escribe en caliente, pero el cielo está cargado. Porque lo peor que le puede pasar a un equipo es acostumbrarse a perder, y ayer no se vio la rebelión indispensable para torserle el rumbo al destino. Mucho tendrá que trabajar el Ciruja en el aspecto táctico (si jugamos con un solo cinco y mantenemos un cuadrado arriba que no siente la función de robarle la pelota al rival, hay que colaborar en la marca adelantando a uno del fondo), pero mucho más en el aspecto anímico. Akerman no puede haberse olvidado de los goles que hizo en Morón, pero cuando no te tenés confianza, pateás como él lo hizo en el ST estando solo. Y si es necesario privilegiar la suma de a uno hasta que las bases vuelvan a solidificarse, que a nadie se le caigan los anillos. El presente aprieta y el futuro está a la vuelta de la esquina. Y para que este nos sonría, hay que cambiar. Todavía, afortunadamente, estamos a tiempo.

Gustavo Grabia

 

TRISTE SOLITARIO Y FINAL

27-08-2006

Perder en Tucumán está en los cálculos de cualquier equipo de la categoría. Genera, entonces, apenas una gota de impaciencia en los hinchas. Claro que, en nuestro caso particular, esa gota significa, claro, que se rebase el vaso. El vaso, digamos, de una parte de la gente. Porque, para varios, el derrame ya se había producido luego del traspié frente a Talleres (o, inclusive, antes). Pero los simpatizantes más benévolos habíamos apostado a darle un bonus track a Pereira. Sin embargo, la cosa, evidentemente, no funca.
Bajo este opaco contexto, la renuncia del técnico se hace impostergable. Un campeonato siendo cola en la tabla y este arranque decepcionante son razones más que suficientes para que Pereira diga adiós. Es que no hay excusas. Se limpiaron a los jugadores "conflictivos", llegaron refuerzos (bien o mal, pero llegaron), los pibes que quedaron ya poseen un aceptable rodaje en Primera... Y banca y aliento sobró. Por eso, Pereira debería asumir la mala campaña y, por el bien de su también tan querido Ferro, abrirle paso al cambio de aire. Porque, guarda, sería penoso empacarse. Primero, por provocarle un gasto económico al club, al cual, claro, no le conviene echarlo y tener que pagarle el resto del contrato. Y segundo, porque, empacándose con el banco, Pereira tiraría por la borda todo lo bueno que hizo en su primer torneo, historia conocida por todos y por la que, en definitiva, el DT ganó (en buena ley) la gran cantidad de partidos de banca más arriba mencionada y el respeto de propios y ajenos. Y por la que, también, no merece irse como un ladrón. Sólo irse.

Andrés Gomez Franco

 

A POR ELLOS OE

10-07-2006

Si 20 años no es nada, un mes no puede ser demasiado. A ese lapso de tiempo estamos del comienzo de una temporada más (y van) de Ferro en el fútbol del ascenso. Pase lo que pase, venga quien venga, no venga quien no venga, el verdolaga, por dos motivos bien distintos, tiene la obligación de pelear arriba. La primera, la más fácil de enunciar, es la lógica: Ferro comienza a tomarle el gustito a los sábados y eso comienza a hacerse sentir en la bronca y en la sangre del hincha: hay que ganar uno de los dos torneos y ganar las finales por la historia, por la camiseta, por la trayectoria ¿y algún motivo que se roce con el presente? Porque sigue siendo Ferro ¿te parece poco?. Por otro lado, la mala segunda rueda prendió las luces de alarmas que suben desde la parte más baja de la tabla, y ordena una buena campaña para alejar cualquier fantasma. ¿Otra vez mirar abajo? No, esta vez hay que mirar arriba para no transpirar sacando cuentas. 

Ahora, acá viene el tema fundamental ¿puede? Y...como poder, puede. Si ascendió Chicago con una primera rueda en la que solo ganó un partido, quiere decir que cualquier gesta es posible. Cualquiera. De repente empezaron a crecer Pellerano, Simón, Carranza, apareció Vega...y ahora jugará en Primera. ¿Cómo hacer que se pueda? Fundamentalmente, imponiendo algo que no se impuso en la segunda parte de la temporada pasada: disciplina. Mucha. Para eso el entrenador tiene que mostrar carácter, no solo para salir a declarar ante la Prensa, sino de puertas para adentro, donde realmente importa. A ver si a Griguol un grupo se le iba de las manos. Y los jugadores, deberán entender que en lo futbolístico, juegan en un equipo que fue bicampeón, y que como tal, tienen que honrar la camiseta. A ver si Márcico le iba a ir con un planteo a Griguol. A ver si Saccardi le iba a patear en contra a algun ocupante del banco de turno. A ver si a Garré se le ocurrió sugerir no entrenar tanto. Ferro siempre estuvo por sobre los nombres. Por eso llegaron a ser los más grandes de la historia del club. Porque, aparte de jugar bien, tiraban juntos para el mismo lado. Los Fazio, Macalilk, Castellani, Doelvers, tal vez no le lleguen ni a atar los cordones de las zapatillas de entrenamiento a los antecitados, pero vuelven a tener la chance de dejarle algo al club, y que no sea justamente la pésima imagen que dejaron al final del año pasado. 

Muchachos, Pereira y plantel: Nadie les pide dos campeonatos nacionales. Nadie sueña con un 3-0 en Nuñez. A nadie se le ocurre pensar en la quimera de Oscar Acosta desparramando gallinas ni jugar la Copa. Simplemente, muchachos, se les pide que peleen el ascenso. Y, en el caso de no pelearlo, que no sean por las mismas boludeces que la temporada pasada los hacen mirar la B Metropolitana con mucha más antención de la que nos gustaría. Que no se vuelva locura el tema de los sueldos justamente ahora, porque la plata importa, claro, a algunos mucho más que a otros, pero en este caso, cuanto más romántico que suene, tiene que privar el amor, en este caso por la camiseta. Los que se maten por el billete, nunca más tendrán derecho de hablar del amor, aunque después les de la cara para hacerlo, en este caso por la camiseta.. La gente va a apoyar, el aliento, como siempre, va a estar. Los refuerzos, en la medida de lo posible, llegarán. El billete mes a mes lo van a tener. Dependerá de su grandeza, dentro de la cancha y fuera de ella, para que el grito A por ellos Oe (sin acento en la é) deje de ser el logotipo de la vergüenza española, para trocar por el orgullo de saber que cada sábado, Oe va a ir a por ellos. A por el ascenso.

Gustavo Medina

 

LOS REYES MAGOS NO EXISTEN

14-05-2006

Tomemos primero un trago largo de objetividad, para sacar el sabor amargo del paladar, consecuencia de un Clausura olvidable, de las diferencias internas, las que terminaron con la desunión del plantel y las chispas públicas, de los que no entendieron el juego y se les fue la mano, literalmente, en el affaire Saucedo-Fazio tras el empate con Godoy Cruz. Sí, no fue el mejor semestre, apelo a la memoria, tampoco lo fue el primero del 2005, con la cortina de humo de los billetes que, vale aclarar, no entraron justamente a las arcas del club. La diferencia es que, hoy, el plantel cuenta con valores propios de proyección auspiciosa, futura carne de transferencia si los saben llevar. Esa, es la única fuente con chances de ser caudalosa para pagar la quiebra, para que, algún día, el Tren vuelva a manos de los socios e hinchas.
Ahí está Fazio, lungo de ubicación y oficio ajeno a su edad, hasta en la Selección posaron su lupa sobre él. Y Macalik, unos pasos atrás, pero otro central con la talla que cotiza en la actualidad. Y Barale y Matías Díaz, dos pistones por las bandas, los tan mentados volantes mixtos. Y Gonzalo Castellani, enfoquemos su imagen en el Apertura, nadie se olvida de jugar. ¿Qué estamos en la B Nacional, que las ofertas que llegan son símil outlet? Tan cierto como que la mayoría de los pibes mencionados tienen sólo una temporada en el lomo y mecha larga, su juventud pide paciencia, esperando por la explosión. Sus apariciones invitan a la reflexión. Los números, también: el club dio superávit en la primera porción del año, la afluencia de nuevos socios sigue creciendo. Hay muchas cosas más por hacer, pero ¿conviene volver a gerenciar? Me permito el plagio a Silvio Rodríguez para graficar mi opinión: "Y canto que aunque sin Rey Mago, sigo en pie…" 

Pablo Cavallero

 

LO JUSTO Y NECESARIO

28-04-2006

Se acaba una temporada que de entrada parecía que iba a ser dura y así lo fue. Se va una temporada en la que debutaron un millón de pibes. Se va una temporada sin gerenciamiento. Se va una temporada en que se cumplió aquel pedido de apoyar permanentemente a los pibes. Se va una temporada más en la segunda categoría. Y se vendrá una nueva temporada lejos de la Primera.
Nuevamente Ferro se queda afuera de alguna mínima chance de ascenso, aunque claro ya sin empresa de por medio ni partidos y técnico sospechados. Esta vez Ferro se queda afuera con dignidad, es cierto, y habrá que entender que si por tercera vez no se pelea por nada importante, es porque se está en donde se debe estar. Es lógico que el sueño de todo hincha es volver al lugar en el que habitualmente vivió, aunque ese sueño choca con la realidad.
La realidad es que durante el último año se hizo lo que se pudo, se vivió al día, con las monedas contadas, con los pibes que se vistieron de jugadores de apuro y se animaban a rasparse. Los altibajos terminaron siendo lógicos y al fin y al cabo el equipo de Pereira culmina con una cantidad de puntos necesaria para mantenerse en el Nacional. No es poco, es lo que hay y punto. 
Para remarcar la aparición de Matías Díaz, también de Federico Fazio y el otro grandote, Iván Macalik. Para mejorar, mucho sí, seguro que sí. Del final del Clausura al comienzo del Apertura 06, habrá dos meses en el medio. Será el tiempo de pensar profundamente qué es lo que se quiere y se debe hacer. Hay material como para aspirar a algo más, será vital acompañarlo con una dosis de experiencia positiva, de esa que no abunda. Lo importante es que en el club no se cometan viejos errores y que todos tiren para el mismo lado. No es difícil, es lo justo y lo necesario. 

Matías Palacios

 

¡CUIDADO! LOS TRAPITOS 
SE LAVAN EN CASA

27-03-2006

Memoria. Es lo que le pedimos a algunos hinchas de Ferro que en este momento complicado del equipo comenzaron a mostrar señales de olvido sobre lo que sucedió en el pasado no tan lejano. Memoria, es lo que les reclamamos a los integrantes de un plantel (jugadores y cuerpo técnico) que se hizo fuerte y respetable desde la unión. Hoy parece estar apartándose del camino y debe corregirlo cuanto antes. Justamente en esta fecha tan particular para la historia de la Argentina, pedimos memoria. 
No hay jugadores que por sí solos puedan ganar un partido. También hay que seguir respetando al director técnico, que puede llegar a tener errores como también los cometen muchos otros más prestigiosos y caros, pero que puso el hombro cuando el “miento-gerencia” dijo “adiós”.
Una nueva y dolorosa derrota castigó a la seguidora parcialidad verdolaga que el viernes por la noche estuvo presente en Gerli, desafiando a la noche, al previsible pobre encuentro que se jugaría (que además iba televisado) e incluso a la posibilidad de traerse una frustración –tal como ocurrió-, más teniendo en cuenta que El Porvenir está muy cercano al poder y necesita puntos para quedarse en la categoría. Ese zapatazo de Figueroa que castigó a Oeste, el anterior empate contra Talleres en casa y los restantes resultados frustrantes conseguidos en este campeonato no deben apartar al hincha de su rol en este momento del club y del equipo. Hay que seguir ayudando, alentando y criticando pero de la puerta para adentro.
En el partido contra los cordobeses, en la platea hubo un grupito que se dedicó a criticar los cambios que hizo el DT, a mostrar el fastidio ante cada error de los jugadores y muchos incluso evitaron el aplauso final ¿desvalorizando? la entrega del equipo. A esos señores me dirijo. Están equivocados. ¿O acaso les falta memoria? Aunque siempre se diga que pagar la entrada da derechos, creo que no hay que insultar ni reprobar públicamente a este grupo. El día del partido (antes, durante y después) hay que alentar. Para el reproche, la crítica y el debate hay seis días en la semana. Hay programas radiales partidarios y páginas de internet para expresarse, las puertas de las prácticas están abiertas, pueden realizarse asambleas... pero el día del partido a este Ferro se lo alienta. Porque es el camino que eligió transitar el pueblo verdolaga, el del apoyo a este grupo que puso el hombro.
Bastante bien le fue al Verde cuando estuvo unido durante el pasado torneo Apertura. ¿Por qué cambiar? Y la pregunta no es sólo para los hinchas, sino también para el plantel. Los rumores indican que en el grupo hay divisiones. Es probable que los malos resultados colaboren para que eso ocurra. Si es así traten de hablar de frente y solucionar los problemas cuanto antes por respeto a la gente que se rompe el alma y las gargantas por ustedes y la camiseta que visten.
Faltan ocho fechas para terminar la temporada de la B Nacional y Ferro que ya no peleará por el ascenso, tampoco deberá sufrir por el descenso. Pero el año futbolístico no terminó y hay puntos por sacar para no padecerlo en el futuro. Hay que alentar para sumar. Y tengan bien presente que los trapitos se lavan en casa. Ojo, se puede criticar para mejorar, pero guardemos las expresiones para cuando los rivales no las escuchen.

Nicolás Clementoni

 

LA DIFERENCIA ENTRE LA PASION 
Y LA RAZON

19-03-2006

Es complicado pensar y escribir con la razón dejando de lado la pasión. Que difícil. Porque si me dejo llevar por la pasión me da mucha bronca verlo último en la tabla del Clausura, pero si me guío por la razón los 35 puntos en la temporada son muy buenos, pudiendo llegar a 50 cuando quedan 27 por jugar (recordar que la temporada pasada con Castro/Rivoira se hicieron 52) y quedarnos tranquilos para el año que viene con el tema descenso; la pasión me hace recordar que en este Clausura pensé que íbamos a pelear por un lugar en el Reducido, pero la razón me devuelve de una trompada a nuestra realidad de no tener actualmente en el club la estructura necesaria para subir a Primera División, porque de qué sirve subir para volver a bajar; porque la pasión me hace insultar al aire cuando me acuerdo de la floja producción ante Talleres, sobre todo en el primer tiempo, pero la razón me hace tranquilizar cuando recuerdo que estos chicos y este Cuerpo Técnico son los mismos que nos hicieron ilusionar en el Apertura; si me guío por la pasión maldigo el punto ante los cordobeses cuando tuvimos todo para ganarlo en el complemento, pero es mas fuerte la razón porque le empatamos a un equipo que iba segundo, que tiene un técnico que dirigió entre otros equipos de Primera a Boca, que tiene uno de los presupuestos más altos de la categoría y que está obligado a ascender, con un equipo que tuvo a 15 de los 16 que salieron a la cancha el sábado surgidos de nuestras divisiones inferiores y con el menor presupuesto de todos. Por eso, aunque a veces la pasión puede más, quiero quedarme con mi razón y seguir ilusionado como siempre. 

Mariano Almada

 

LAS CUENTAS NO CIERRAN

06-03-2006

Los números, que con la quiebra acosan siempre nuestros bolsillos, esta vez, se clavan como dagas en el corazón. El balance duele, arde: una victoria, un empate, y seis derrotas, el récord se alimenta de la tranquilidad que nos habían dejado los 29 porotos del Apertura. Las demás cifras, son indicadores de la crisis, a dos puntas. El Verde es el tercer equipo menos anotador del torneo, con seis gritos en ocho fechas. Y, junto con Chicago, el más goleado, con 14. Hay que aclarar, el apoyo persistirá, eterno, el orgullo por la batalla desigual, con valores propios y sentimiento diluido en el sudor, seguirá ondeando como bandera. Pero, dicho está, el rojo de los números funciona como alerta, sin cuestionar a los que están en el barco, marche aliento con raciocinio, sin anteojeras, del debate, también, surgen las mejores ideas. Vale preguntarse, entonces, ¿dónde habrá quedado la solidez de buena parte del 2005, la estructura sin grietas? ¿Cuánto incidirá el cambio permanente de esquema, de tres en el fondo a cuatro, de enganche a doble cinco, una punta, dos…? ¿Y la “rotación” de nombres en la formación, como Echeverría, Klein o Mugabure, de valía en la campaña pasada y desapariciones abruptas de las formaciones en el presente? ¿Y ciertas “pruebas”, como la de Di Forti (recordar que debutó como delantero en la elite) de lateral? ¿A qué se deben los bajones en algunos rendimientos individuales? ¿Por qué la siesta inicial en el inicio de varios partidos, que costaron goles y la consecuente cuesta arriba?
Con el austero plan de Rodolfo Pereira, de escasa credibilidad en el arranque, Ferro elevó el mentón. Con Rodolfo Pereira en el banco, seguramente, el equipo saldrá adelante. Pero de las preguntas, casualmente, afloran las respuestas. Y los números engordan, la alarma se apaga…

Pablo Cavallero

 

A NO DESESPERAR

12-02-2006

En la industria discográfica dicen siempre que el verdadero desafío para los grupos que debutan con un cd súper exitoso, viene al dar el segundo paso. La presión por mantener el éxito por un lado y la elaboración de nuevas formas para no repetirse por el otro, obran como grilletes que hay que saber desarmar a tiempo para seguir caminando de pie.
En esa búsqueda, pero en el terreno futbolístico, parece estar hoy Ferro. El partido con Tigre, jugado sobre el final de una temporada extenuante y programado antes de las vacaciones por esos arbitrios de la AFA, no es analizable. El triunfo ante la CAI, meritorio por dónde se lo mire, tampoco lo es para quien escribe puesto que sólo vio un somero resumen por TV de lo ocurrido. De los dos partidos jugados en Caballito, en cambio, sí se pueden sacar conclusiones.
La primera es que tanto San Martín de San Juan como Chicago mostraron un rendimiento físico muy similar al de Ferro. No es un dato menor teniendo en cuenta que una de las bases del éxito Verde en el Apertura fue doblar las marcas, comer talones y presionar siempre sobre el rival. La otra, es que en esta categoría es indispensable ajustar la mira cuando se está frente al arco rival. Ferro fue, aún con sus claroscuros, mucho más que los sanjuaninos, pero nadie la pudo meter. Y contra Chicago, vamos, por más que en todo momento dio la sensación de que estábamos siendo superados, a mí me daba la impresión de que si nos poníamos al frente en el marcador, el resultado hubiese sido exactamente a la inversa, porque la defensa de ellos también hacía agua. Por eso es tan necesario practicar definición: ningún equipo se puede dar el lujo si quiere sumar de a tres de necesitar cinco chances para embocar una.
Dicho esto, es tiempo de volver al comienzo de la nota. Está claro que Rodolfo Pereira trabajó desde la reanudación del torneo en la búsqueda de nuevas formas. A diferencia del Apertura, donde hasta el partido con Chacarita la prioridad pasó por tener el cero en el arco propio, construyendo un sólido muro del medio hacia atrás, en este Clausura la idea del DT parece ser, con la constatación bambinesca de que la base estaba, la de ir a forzar la marcha sobre el arco rival. Por eso hubo cambios de nombres y de esquema y da la impresión de que habrá que esperar un par de fechas más hasta poder repetir los once de corrido, como hacíamos en buena parte del Apertura. Porque hubo cambios posicionales (Di Forti, De la Canal, Castellani) y promoción de nuevos jugadores (caso Magnetti) y todavía los melones no están totalmente acomodados en el carro. Y en este punto es importante darle crédito al DT. Más allá de los gustos personales (a este cronista lo seduce más un medio con control de pelota con Catalán y Castellani y con dos bandas veloces como Díaz y Barale, que la fórmula de tres en el medio que se usó contra Chicago), cualquiera que siga a Ferro puede constatar que cada jugador tiene aprendido su libreto como mínimo en dos posiciones de la cancha y que en el tiempo en que lleva al frente del equipo, el Pelado ha dado muestras de leer bien los partidos (de hecho, segundos antes de irse expulsado De la canal iba a ser reemplazado por Barale).
Por todo lo expuesto, si bien es dolorosa, la derrota contra Chicago tampoco da como para llorar sobre leche derramada. Un plantel joven puede tener inestabilidad emocional y eso claramente quedó al desnudo tras el 1-2. Sí marcaría como punto a tener en cuenta, que los defensores, si se está perdiendo por un gol y todavía falta bastante, deben seguir utilizando el abc del diccionario del buen zaguero: esto es, se defiende pegadito al rival cuando tu propio equipo ataca. Porque después, cuando sale la contra, si te vienen con espacios y pelota dominada te puede pasar lo que ocurrió contra Chicago. El jugártela mano a mano, si ya buscaste por todos lados y no le encontrás la vuelta, dejalo para los diez finales.
De cualquier manera, la situación sigue siendo por demás venturosa. Falta muchísimo terreno por recorrer, Ferro está cerquita de meterse en una promoción y en un torneo tan irregular (miralo a la CAI que venía de comerse ocho y le ganó a Godoy allá), ganando un par de partidos te prendés enseguida. Y Ferro ya demostró que tiene material dentro y fuera de la cancha como para conseguirlo.

Gustavo Grabia

 

TAN LEJOS, TAN CERCA

12-12-2005

Bué, ya está, pasó el, finalmente, falso temblor. Y la pasamos de lujo. Seis meses atrás nos gobernaba la incertidumbre, teníamos los quetejedi clavados en la tráquea y nos habíamos vuelto licenciados en matemáticas. Pero no dudamos y a la hora de los bifes bancamos a muerte al plantel y cuerpo técnico. Y estos nos terminaron devolviendo hasta la última monedita. 
En seis meses descubrimos que las Inferiores del club no estaban taaan descuartizadas (porque si existen los Castellani, los Barale, los Fazio...), que teníamos un mini Bielsa que encima es fana de Ferro, que nunca estuvo tan lejos y tan cerca la chance de pegar la vuelta al lugar que merecemos.
En fin, nos emocionamos junto a todos estos personajes, no hubo partido en el que no sintiéramos que no corríamos a la par de ellos adentro de la cancha, y no existió ocasión en la que nuestros chicos no se acercaran hasta el alambrado para compartir los sentimientos post cualquier score. Hacía rato (y no pasó muchas veces) que no se generaba un feedback tan fluido entre estas dos patas, cuestión de piel que le dicen. Por eso, gracias totales. A TODOS los responsables de encaminar esta utopía.

Andrés Gomez Franco

 

LA RECONQUISTA

20-11-2005

Primero, lo básico. Se habla de reconquista cuando una persona se da cuenta que ha perdido a alguien o ha perdido algo que significa mucho, tanto que no podría vivir si no lo tiene, y pelea por volver a tenerlo. Una vez establecido de que se está hablando, se puede transitar por los caminos que desean ser desarrollados. Es evidente que el factor dinero es importante. Muy importante si se quiere. El dinero no hará la felicidad, pero si a una tranquilidad en cuanto al futuro. A la comodidad. El dinero también genera obligaciones. Compromisos no siempre tolerados. Porque quien acepte el dinero a cambio de favores, en algún momento comenzará por denotar incomodidad, y luego sentirá que le falta el aire, que la exigencia es mucha y que hasta su dignidad se mancilla. Quien se entrega por dinero, por comodidad, por seguridad, tiene que saber que, excepto que se haya fabricado una máscara con la cara de la felicidad, el compromiso tiene fecha de vencimiento. Para bien y para mal.! 
Nadie podrá juzgar con severidad a la dirigencia de Ferro que un día le dijo que si a Gustavo Mascardi, porque detrás de ese "si quiero" dudoso, estaban embarcados todos los hinchas de Ferro, buscando las prestaciones del gerenciador. Claro que, como todo, ese matrimonio sin amor tenía un precio. No es fácil dormir con un poderoso, porque tarde o temprano te enchufa a sus hijos y te ata con eso. Jamás vas a tener la libertad de irte y elegir tenerlos con la persona que amás, porque ya firmaste un contrato y no es elegante romperlo. Al menos, si no te bancás el que dirán, no lo vas a romper bajo cualquier excusa banal. Y entonces por Ferro transitaron técnicos ignotos y jugadores felizmente ya olvidados. ¿Y qué pasaba con el club? Que poco a poco se fue secando, se fue quedando vacío, fue perdiendo chances de ascender, y que el matriomonio era cada vez más cuestionado desde cada vez más ángulos. Por fin llegó el final. El final de la vida pensaron muchos. El final de la vida pensaron casi todos, para ser justos y sinceros. Pero ese final no llegó. ¿Quién te contó, blonda niña, que no hay vida trás la billetera? La Reconquista había comenzado. Y la empezó la gente, ¿quién sino? El hincha que no dudó a la hora de hurgar sus bolsillos, de rebuscar ideas en su cabeza, de gastarse la garganta en el grito y los ahorros en los viajes. Y dentro de la cancha, aún con todos los cuestionamientos que puedan recibir algunos por su técnica poco pulida, once leones no se dejaron llevar por delante nunca, pusieron el alma y vida, el corazón y el cerebro en la gesta y alejaron a Ferro de cualquier rumor previo.
Por eso, cuando se viene el momento de llamar a licitación para el fútbol, no vuelvan a dejarse zarpar señores del O.F. y guardense una cláusula especial: "El Club Ferro Carril Oeste se reserva el derecho de mantener en el cargo a Rodolfo Pereira y a sus jugadores hasta que ellos mismos decidan irse". De esta manera o de la que más elegante quede, no se olviden de que fueron ellos quienes hicieron que La Reconquista sea posible, y que deben ser recompensados como verdaderos héroes. ¿Queda grande la palabra? Para nada. Fueron ellos los que le dejaron una lección a todos: El dinero, la comodidad y seguridad nunca podrá superar a una unión efectuada a base de amor y de compromiso por la causa. Ojalá todos y todas lo hayan aprendido. 

Gustavo Medina

 

LAS PRUEBAS DEL RIGOR

31-10-2005

Nacido de la necesidad, el proyecto de un Ferro joven que encabeza Rodolfo Pereira pasa por los distintos tamices que propone la realidad a medida que transcurre el tiempo, las fechas. Dicho y remanido está, no hubo previa, sí urgencia, es a acierto o error, con la paciencia lógica que le dedicamos los hinchas por el contexto, la situación. Pero lo curioso, lo sorprendente, es que los pibes van rindiendo los exámenes con nota alta a medida que se le imponen, con velocidad de Fórmula 1 y pisoteando las dificultades. ¿Así que el oficio iba a ser una valla infranqueable, la ansiedad púber no les iba a dejar ver la pelota en el debut? Marche un triunfo ante Tigre. “Hay que jugar en el Interior, eh. No se la van a bancar”, avisaban los agoreros. Pues bien, el triunfo en San Juan, el invicto fuera de casa hasta hace un par de fechas lo desmintieron. “Huracán, uff, contra la historia no se puede jugar”, se escuchaba antes de ir al Ducó. En la cabeza de Catalán está sellada aún la victoria. Paso por paso, fue quedando la huella de la madurez, con derrotas que vinieron como también se pudieron haber evitado (todas por la mínima diferencia, ningún equipo puede jactarse de haber superado claramente al Verde en el Apertura). Ante el Huracán bonaerense, inconscientemente, embriagados por el éxito, quedaron aprobados tres nuevos objetivos. ¿Así que este equipo estaba condenado al sudor copioso para sumar de a tres, que todos los triunfos fueron por apenas un gol de ventaja? Sale el 3-0, la mejor marca propia del certamen. ¿El Pupi Salmerón era el dueño casi exclusivo de los gritos y si pisaba el césped en tarde afónica, bueno, la mejor opción era rezar? Repartamos las mieles, un poco para Matías Díaz, otro tanto para Goñi (de paso, debutantes en la red) y siga sumando fe, Mugabure, en usted confiamos. Pero la meta más destacada del domingo fue que quedó paga la boleta del juego. Los chicos, que venían insinuando, con el correr de los encuentros y la disminución de las tensiones, un juego atildado, con chiches interesantes, volcaron todo en Caballito, le subieron el volumen a la esperanza. El rigor presenta pruebas, en la cancha y en la vida. Ferro acumula aprobados. La carrera es larga, son las primeras materias. Pero pasa como con los hijos, uno los ve superarse y dan ganas de tirarles los huevos y la harina todos los días.
 

Pablo Cavallero


 

LAS CUATRO PATAS DE LA MESA

23-10-2005

Claro que duele la derrota en Varela. Porque si ganábamos seguíamos de cerca la punta del torneo sin tener el traje de candidatos ni la obligación de campeonar, y nos permitía estar ahí para aprovechar cualquier traspie en el sprint final de los Godoy Cruz, los Huracán o los Chacarita, que si tienen la presión de ascender y eso es una mochila bien pesada que sobre el final de El Nacional, puede hundir a varios. Por eso, la diferencia de 8 puntos que nos separa del puntero parece mucho en ese recta final, si tenemos en cuenta los 21 que quedan por jugar. Pero que lindo es escribir esto, cuando antes de comenzar el torneo mi "viejo" objetivo era que el club siguiera abierto para jugar las 38 fechas y mantener la categoría ante las adversidades que existían. Y hoy hablamos de Mendocinos, Quemeros y Funebreros en vez de Defensa, El Porve o Tigre, últimos en la tabla del descenso. Obviamente, todo gracias a Cuerpo Técnico y jugadores, que hacen posible este presente de 18 puntos, a 7 de mi "nuevo" objetivo de 25 para el Apertura, que nació a medida que pasaron las primeras fechas y veía que había material humano y futbolístico en Rodolfo Pereira, sus colaboradores y los chicos del plantel para lograrlo. 
Pero antes hablaba de las adversidades que existían al comienzo del torneo y que con el esfuerzo de Organo Fiduciario, Cuerpo Técnico, plantel e hinchas se fueron manejando, como una buena mesa de 4 patas enteras. Pero hay adversidades que existen hoy y son increíbles. Ver a Mariano Barale luego del partido ante El Porvenir volver con el parche en la frente y saber que tuvo que ir solo a curarse porque el médico no designó a nadie para que lo acompañe, y lo peor, que no era el médico contratado para asistir a los jugadores el que estuvo en el encuentro sino un suplente que envió en su lugar; que el miércoles pasado Fazio se esguinzó en la práctica y estuvo sentado cerca del quincho con hielo en el tobillo, porque no estuvo el médico para llevarlo a hacerse placas; y lo inentendible de todo esto, enterarme que no contamos con un Cuerpo Médico dedicado 100 % al plantel, sino con un médico contratado que asiste a los entrenamientos cuando sus pacientes particulares se lo permiten. O ver a los chicos jugar en Varela con camisetas de manga larga y 30 grados de temperatura. Todas cosas que pueden solucionarse si se hace un esfuerzo mayor de parte de quienes tienen el poder para solucionar estos problemas, porque para que la mesa de Ferro vuelva a funcionar bien, necesita de sus cuatro patas enteras, y la mesa hoy tiene 3 enteras y 1 quebrada. Señores del Organo Fiduciario, por favor consigan un buen carpintero para que la mesa esté como antes. 

Mariano Almada

 

LA VERDADERA REALIDAD

11-10-2005

Te podés quedar con que nos chorearon. Te podés quedar con que si nos daban ese penal y lo convertíamos, no nos empataban nunca más. Te podés quedar con la cantidad de offsides en que sigue cayendo Salmerón. Te podés quedar con la patada artera que sacó a Klein de la cancha. Te podés quedar afónico puteando al línea sanjuanino que, si no estaba comprado, lo disimuló bastante. Te podés quedar con la frustración de saber que nos embocaron cuando parecía, a esa altura, que jamás lo iban a hacer. Te podés quedar, finalmente, con que el triunfo de Talleres fue justo, si comparás las llegadas netas que tuvieron los cordobeses en su momento feliz (la de Echeverría en la línea y las tres monumentales tapadas de Ríos). Yo prefiero no quedarme con nada de esto. Todas tienen razón, pero no dejan de ser axiomas circunstanciales de un partido de visitante en el que, aunque se perdió el invicto fuera de casa, se vieron cosas mucho más interesantes que en otras excursiones, llámese San Juan, Chicago o Chacarita. Por eso, con lo que yo me quedo transcurrida la primera mitad del torneo, es con las certezas: Ferro es un equipo durísimo, que se armó de atrás para adelante y que ya no sólo está sólido en el fondo, sino que se anima a lastimar apenas pasa el primer asedio (por alguna razón astral, siempre de visitante nos toca sufrir feo en los primeros 15). Es cierto que aún falta para llegar con buena frecuencia a poner un jugador cara a cara con el arquero rival. Por eso, más que nunca, se necesita que los puntas practiquen definición constante: un delantero se puede dar el lujo de dilapidar dos chances si su equipo crea cinco. En cambio, cuando las chances que tenés son sólo dos, si errás la mira probablemente te quedes con las manos vacías. Más allá de esto, Ferro pasó muchísimas pruebas y todas con holgura. No eran muchos los que confiaban que a esta altura el Verde estaría metiéndose entre los que pelean, como mínimo, por el Reducido. Así están las cosas. Con pibes creciendo aceleradamente y jugando como lo haría cualquiera de nosotros: dejando la vida. ¿Te fijaste cuál es la posición de Godoy Cruz en la tabla? No es casualidad que enfrente a los rivales que deja Ferro. Porque para ganarle a este equipo, tenés que correr hasta que te duela. Y eso después se paga en la fecha siguiente. Eso también habla bien de un equipo al que te da orgullo ver vestido de Verde y que está lejos, lejísimo de haber alcanzado su techo.

Gustavo Grabia

 

SORRY, PUPI

04-10-2005

Debo admitir que me cansé de putear al Pupi durante su etapa anterior y el prólogo de ésta. Mi caballito de batalla para pegarle era que se la pasaba todo el partido luchando innecesariamente contra los defensores rivales (parecía más preocupado porque lo viera Martín Karadagian y se lo llevara a su troupe de Titanes en el Ring que porque Mascardi se convenciera de que no debía fletarlo a Atlanta) y que su cuota de gol ni siquiera arañaba la media de un goleador de medio pelo. No es que ahora haya abandonado mi primera teoría (la de su campeonato personal de manotazos), pero al menos los números me demuestran que su eficacia mutó para bien: cinco de los siete goles de este equipo son de él. Y todos fueron tantos importantes, ninguno el tercero o cuarto que alimentara a un score ya consumado. La cosa es que no sé si por este dato, o porque me acordé de cómo festejaba con la gente el ascenso del 2003, el mismo día del partido, pero por la noche, en Caballito; o porque cada vez que era figura en Atlanta aprovechaba los micrófonos para decir que quería triunfar, pero en Ferro; o porque él también es un pibe del club; o porque me di cuenta de que, en cierto punto (y siempre y cuando no se pase de rosca) sus tironeos desgastan a los defensores contrarios; o porque su galope es incesante; o bien porque hasta sus actitudes de sigo-jugando-aun-en-una-pata como la de ayer (que, como bien dice mi viejo, lo hacen merecedor del Oscar… por tribunero) me caen simpáticas. Repito: no sé por cuál de estas hipótesis... o si por todas. Pero la cosa es que ahora, cada vez que mi hermano le ladra, yo ya no provoco el stéreo. Todo lo contrario.

Andrés Gomez Franco

 

LA REALIDAD A CARA LIMPIA

12-09-2005

No éramos el Kiwi mecánico después de las triunfales primeras dos fechas, tampoco el combinado del Jardín Pinturitas tras cuatro fechas sin juntar de a tres. Lo importante es sostener calibrado el norte, valorar cada poroto como si cotizara en euro. Porque de las cuatro operaciones fundamentales con las que nos torturaron en la escuela primaria, hay que sostener una como bandera, profesarla casi como una religión: la suma. El ánimo del hincha fluctuará con los resultados y las prestaciones, no así el apoyo. Y no hay que perder de vista la realidad tal cual es, cruda, real. El objetivo, aunque conlleve patear hacia adelante el sueño de Primera, es capear el temporal. Y eso incluye amarrocar puntos para que no corra riesgo la categoría y que los jóvenes acumulen madurez, adquieran un nombre que en un futuro cercano sea carne de trueque monetario para aliviar la quiebra y, en el largo plazo, recuperar el control del club. Sacar las vísceras al descubierto es parte de la operación…
A saber: en la tabla que, aunque incómoda, hay que mirar de reojo (la de promedios), El Porvenir está a nueve puntos. Defensa, a 13. Chicago, Chacarita y Tigre, dividen por menos, pero también nos preceden. Entonces, las nueve unidades acumuladas no saben a poco, aunque no permiten la siesta. Invitan a exacerbar el perfil resultadista, se impone cosechar como sea. Bajo este cristal, el empate frente a Chacarita sirve, más allá de análisis de rendimiento y la voluntad que gobernaba a todo Verdolaga de venganza (deportiva) para con Rivoira por aquella derrota ante el Funebrero en el Clausura pasado que despidió un tufillo a Riachuelo poco agradable. En el mismo marco, es bueno que los Macalik, Fazio, Echeverría, Barale, Carabajal y demás, sigan sonando en el oído futbolero, hasta que se conviertan en tentación para las billeteras. Los goles se seguirán gritando, internamente, en silencio, nos entusiasmaremos con un par de resultados encadenados y disminuirá la adrenalina en los bajones. Pero que quede claro, el cartel de emergencia sigue titilando, la realidad no se maquilla, siempre es mejor enfrentarla a cara limpia. Sumando y cotizando los valores de la casa, es la mejor manera…

Pablo Cavallero

 

LA DELGADA LINEA ENTRE LA FELICIDAD Y EL CONFORMISMO

06-09-2005

No hay un espacio amplio entre la felicidad y el conformismo. Sí, en cambio, una cuestión de actitud. La vida abunda en ejemplos. La persona que elige una vida rodeada de comodidades en bienes materiales y siente un vacío por dentro, sin animarse a cambiar cuando encontró algo que la hace feliz es una muestra. La otra, claro, es la que arriesga por convencimiento, amor, o lo que fuere. Unos y otros caminan por una línea angosta y límites difusos, sin saber donde acaba uno y empieza el otro. Unos y otros forman parte de la vida real, tengan o no que ver con Ferro.
Y hablando de Ferro…¿Felicidad o conformismo ante este momento, que incluye un récord de 2 caídas, 2 triunfos y un empate interesante?. Planteado de otro modo ¿Puede dar más este plantel acotado en fútbol, generoso en garra y con dientes de leche en muchos casos?. Y si se busca un tercer enfoque ¿Está la gente en condiciones de reclamarle más a este grupo de jóvenes, que vienen de una cantera que le dio al fútbol argentino muchos y muy buenos nombres; y que lucen en su pecho una camiseta cargada de gloria –Gloria con mayúscula, pregunten en Núñez y La Boca si tienen dudas-?
Futbolísticamente, no hay mucho más que se pueda esperar. La fantasía llegará cuando Klein se afirme, siempre que sea el Klein que conocimos. El gol será cuestión, casi con exclusividad, de San Juan del Gol Mugabure, el desequilibrio tendrá un lobo suelto en Guillermo Doelvers y el seguro de vida correrá por cuenta de Martín Ríos. El esfuerzo, claro, será de todos. La lucha no es pareja, claro, pero no hay que perder de vista dos entes rectores: el enorme amor de estos pibes a la camiseta en primer lugar; y después que este equipo no tiene recambio. Más claro, no hay más nada detrás de estos pibes. O juegan ellos o tenemos que entrar los periodistas partidarios. 
A priori, los límites parecen bien delimitados. No habrá lucha por el campeonato. Así de simple. Y no la habrá porque no hay material para pelearle a los que se armaron para hacerlo, con nombres de calidad. ¿Entonces? Entonces, partiendo desde esa premisa, la felicidad habrá que buscarla en otros huecos. Una salvada de Ríos, una genialidad de Klein, un baldazo de sudor de Catalán, un desborde de Doelvers o un gol de Mugabure. ¿Alcanza eso para ser feliz? Si, alcanza. ¿Pero acaso al equipo de Gerenciar S.A. no se le reclamaba más? Si pero ¿Uno le va a reclamar más a Macri o a un obrero? Amén de que, en este punto, entre a tallar la cuestión de la piel. Entre la gente y este equipo hay amor, hay entendimiento, es la sensación de haber compartido juntos media vida, por más que se conozcan hace pocos meses. Y entonces se piensa en Macalik, en Barale, en Castellani, en Carabajal. Uno tiene ganas de verlos. Se inventan excusas para correr a ver a los pibes, a sabiendas de que no les darán satisfacciones materiales, pero que tampoco les harán pasar hambre. La plata jamás faltará en la casa, simplemente porque estos pibes jamás lo permitirían. Saldrán a robar, pero no verán su sueño caer. En definitiva, ¿felicidad o conformismo ante el Ferro de pre escolar? Felicidad, claro. La felicidad no está en el cuanto, sino en el cómo. La felicidad está en que lo poquito que se puede obtener, es lo que en realidad más se ama.

Gustavo Medina

 

BIENVENIDOS AL TREN

30-08-2005

Veinte días. Tan sólo veinte días fueron suficientes para cambiar el ángulo de la mayoría. Ya nadie discute si el DT tiene experiencia, si es un caprichoso que no acepta refuerzos, si con estos pibes se puede afrontar un torneo o no. Los que confiaron de entrada, tienen su premio. Los que se subieron después, bienvenidos al tren. Esto es Ferro hoy después de cuatro fechas: un equipo durísimo que arrastra mucha gente por su actitud y que permitió que en la popu y la platea ahora se discuta de táctica, si está bien que Doelvers vaya por derecha y demás condimentos que hacen específicamente al juego. Ya no se discute la política elegida. Ese es, a priori, el primer gran triunfo de este equipo.
En el plano futbolístico, uno no debe ceder a la tentación de analizar a Ferro bajo la óptica de una Selección. Dos triunfos consecutivos llevaron a muchos a creer que Molfeso era Zidane y el Pupi, Raúl. Hay que bajar al llano para no confundirse y ver los méritos que tiene este equipo. Primero, nunca se desordena tácticamente. Segundo, es solidario. Tercero, todos ponen. ¿Qué faltan generadores de juego para tener un volumen más interesante? Tan cierto como que es el equipo con menor presupuesto de la categoría, que los enganches diferentes no abundan y que parece haber alternativas para paliar la situación.
Al grano: Rodolfo Pereira tomó nota de lo que pasó contra la CAI, cuando el 4-3-1-2 no funcionó y el doble enganche que puso el Patagónico se hizo un festín atrás de Catalán, y cambió el esquema a un 4-4-2, ideal para presionar y retrasarse, más cuando se juega de visitante, más si no hay un diez que pueda mover los hilos de un equipo que, a priori, parece sentirse mejor de contraataque. Las críticas que algunos esbozaban en la popular sobre el retraso de Ferro en el ST, seguramente de no mediar el error de Ríos habrían desembocado en elogios. Desde el punto de vista de quien escribe, la táctica empleada fue la adecuada. Se corrigió rápido el error de dejarle en el PT libre la banda izquierda a Cochas, se lo fue llevando hacia el medio y la estrategia entonces de que suban los dos laterales de ellos para tirar centros frontales, fáciles para nuestras torres, estaba dando sus frutos. Quizá a uno le gustaría ver un equipo que, resuelto el problema de la cerrazón detrás, después intente despegar con más gente para el contragolpe. Y con un mediapunta que se anime al desequilibrio uno contra uno. Para eso se confía en Klein. Y que el Lobito, si va por derecha, haga la diagonal en slalom. Sino, por su perfil, resulta improductivo que busque la raya aún cuando el lateral más flojo del rival sea el que juega por la izquierda.
Pero son pequeños detalles a pulir. El balance, por ahora, es altamente positivo. Se pasó la prueba de debutar en el torneo. Se pasó la prueba de jugar en el Interior. Se pasó la prueba de ver qué iba a ocurrir tras la primera derrota. Ahora se viene la de saber si, de local, con un equipo rival que te va a jugar como Ferro lo hizo con Chicago, se encuentran variantes para entrarle por abajo. Confiemos. Porque se nota que hay sintonía entre la gente y el equipo: todos dejamos de ser espectadores de un negocio ajeno para forjar nuestro propio destino. Desde esa actitud, el triunfo siempre está ahí, más cerca nuestro.

Gustavo Grabia

 

BIEN IGUAL . . . PIBES

22-08-2005

Y sí, iba a pasar. Era lógico que en algún momento los pibes de Rodolfo Pereira iban a sufrir una derrota. Es que en la vida se gana y se pierde, y se aprende a partir de los golpes y de las caídas. Entonces, a no dramatizar. Que la derrota sirva para crecer.
Lo positivo fue que el equipo aún con imprecisiones y con mucho nervio, volvió a mostrar ganas. Sí, estos pibes no tienen drama en rasparse la colita. Meten y meten. Van y van, más allá de que la última no salió. Por eso ahí estuvieron los Macalik y los Fazio tratando de poner orden, pese a su experiencia de apenas 4 horas en Primera División. Ahí también estuvieron los Castellani y los Carabajal pidiendo la pelota pese a la alta temperatura de la misma. Ahí se mostró el Pupi Salmerón corriendo todas y tirándole el tanque a la defensa de la CAI.
A Ferro le cuesta generar fútbol. Es cierto, pero le sobra corazón. Y eso hay que remarcarlo ¿O acaso alguien vio a algún jugador de la banda de Mascardi, meter como meten estos pibes? Seguro que no. Está claro que son chicos, que falta rodaje, que la categoría es difícil y que un equipo mínimamente armadito le puede crear inconvenientes. Sin embargo, tienen ganas, tienen hambre y se juegan la vida, algo que el público interpretó muy bien. No por nada los casi 10 mil hinchas verdes despidieron a su equipo con una lluvia de aplausos ¿Y cuanto hace que eso no pasaba en Caballito tras un resultado adverso? Mucho, mucho tiempo. Por eso a seguir alentando, a seguir acompañando y a seguir diciendo bien igual pibes... bien igual. 

Matías Palacios

 

DEL GATEO AL VERDADERO GRAN PASO

17-08-2005

La pasión no congenia con la razón, y, muchas veces, sale perdiendo el mano a mano. Es inevitable no ilusionarse con este equipo, con este arranque de torneo (hace cuánto que no festejábamos dos al hilo de movida…), con tanta energía positiva, tanta entrega, tanta unión de grupo canalizada en la gramilla, tan poco común amor por la camiseta... Cómo no tirarle un centro al entrenador, si es “un mini Bielsa que no se pierde detalle alguno, un fanático de su profesión”, como cuentan quienes lo tienen bien calado. Cómo no ponerle un plenito al final feliz, desconfiar de la utopía, seguir pensando con el cuore aún latiendo a mil una vez que Ríos descuelga el enésimo centro y el fantasma del empate sobre la hora en tierra cuyana al fin se esfuma. Si los muchachos dejan todo y la Primera no les pesa tanto como imaginábamos de entrada, antes de confirmar que lo de Tigre no había sido una experiencia mística. Cuesta, claro, negarse a bailar con el "y si en una de esas, ganando de local y sacando un par de puntitos de visitante, si encima todos empatan…" Porque, aparte –y no es poca cosa-- últimamente la suerte viene con el guiño fácil… 
Se sabe que es complicado ceder ante la tentación de pensar que, vamos a decirlo, el milagroso ascenso con los pibes del club, con identidad recuperada 100% después del manoseo privatizado, es factible. Sobre todo si le damos rienda suelta al fanatismo, como suele suceder en casi todas las oportunidades, cuando al futuro de Ferro lo terminamos imaginando rebasado de vacas gordas. Pero sería bueno que, pese a gozar de esta licencia, no olvidemos que, en caso de que con el correr de los partidos una realidad con menos azúcar nos caiga encima, sepamos que intercambiar puestos en la mitad de la tabla también debería ponernos la piel de gallina. Más aún a quienes conocemos a fondo el backstage de este equipo... 

Andrés Gómez Franco

 

VERDE ESPERANZA

09-08-2005

Tengo que ser sincero: el sábado fui al estadio con pocas esperanzas, muy desanimado. porque sabía que tenemos un plantel muy joven, sin experiencia, limitado en cantidad y con un técnico, Rodolfo Pereira, que solo conocen los que siguen las inferiores. Encima, jugábamos contra un equipo que no perdía hacia un montón, que venía de arrasar en la Primera B y que traía como DT a Caruso Lombardi, un mañero como pocos. Todo esto lo hable en el almuerzo previo al partido en el quincho con mis amigos de siempre, con quienes compartí miles de batallas futbolísticas siguiendo al verde. Tony, Nahuel, Maxi, El Narigón, El Uruguayo y Robert (solo faltó El Turco, de viaje por la madre patria),. Solo ellos sabían lo desesperanzado que estaba, casi pensando en un descenso sin haber empezado a jugar. Quizas suena demasiado exagerado, pero este sentimiento tenía mientras subiámos las escaleras hacia la platea techada. Pero con el correr de los minutos, empezé a darme cuenta porque Ríos fue uno de los pocos que pidió el técnico que se quede, que Macalik y Fasio podrán tener 17 y 18 años, pero jugaron como si fueran Cuper y Rocchia; que a Saucedo y Echeverría les costó al principo, pero de a poco se fueron soltando; que Catalán fue un mostruo en el medio y por algo lleva la historica nº 5, que Barale es un gran proyecto de jugador, que Di Forti cubrió muy bien su sector y tuvo un ida y vuelta interesante, que Molfeso va a ser el conductor que necesitamos cuando juegue 5 partidos seguidos (algo que nunca pudo hacer), que Mugabure va a hacernos gritar muchos goles, que el Pupi Salmerón sigue siendo el Pupi Salmerón pero sigue dejando la vida por esta camiseta, que los De Palma, Castellani, Matías Díaz, Doelvers y el resto de los chicos que les toque entrar, va a saber acoplarse muy bien, y que tenemos un técnico que me demostró que sabe, que labura y mucho en la semana, que tiene una confianza ciega en sus chicos y en sus colaboradores, y que no dudó en acercarse al maestro Timoteo para que le marque el camino. Y si bien fue solo un partido y el torneo es largo, y solo Cacho desde el cielo sabe cuál será nuestro destino dentro de un año, hay algo que me quedó muy claro y que no sentía desde hace muchos años: la vamos a pelear con un plantel y un cuerpo técnico que siente los colores de verdad. Por todo esto, cuando el sufrido 1-0 ya era historia, me abracé con mis amigos en la platea y juntos gritamos: ¡Vamos los pibes, carajo!

Mariano Almada

 

PARTICIPACION

31-07-2005

La comunidad verdolaga empezó a participar justo a tiempo, cuando era necesario que esto ocurriera. El sociólogo Eduardo Archetti escribió, al referirse al proceso de creación de identidades, que los deportes -señaló que el fútbol es el más representativo de la sociedad argentina- son vehículos de la construcción de las mismas. "Los hinchas -dice Archetti- comprometidos con sus clubes, construyen con sus pasiones, sus ilusiones, sus historias y sus frustraciones una arena social que hace posible la reflexión sociológica sobre los mecanismos básicos de adherencia y participación". Con esta última palabra -participación- me voy a quedar para analizar y expresar lo que se puede advertir viendo hoy a nuestro querido Ferro Carril Oeste desde adentro y también desde afuera.
"Participar: Tomar uno parte en una cosa", dice el diccionario. Nuestra gente parece haber entendido que tiene que tomar parte de la "reconstrucción" del club para que no desaparezca o se achique un poco más. Es importante que los que ya comenzaron a aportar y a trabajar por el "nuevo" Ferro lo sigan haciendo y le abran las puertas a quienes quieran sumarse a poner manos a la obra por el bien común. Porque siempre hay algo para refaccionar, siempre hacen falta ideas y sponsors, siempre es bueno sumar un socio más.
Está claro que la participación no es fácil de conseguir. Por miedo al rechazo, por vergüenza, por falta de ganas o de tiempo, por rencores políticos -los hubo y tal vez siempre existirán- y un montón de razones más, la gente no se acerca a los clubes para colaborar de manera activa. Pero hay que tener en claro que la participación es fundamental y más en Ferro y en este momento. Cada sector del club tiene que volver a relucir como en los 80, para que vuelvan los pibes con sus hermanitos y los padres de los pibes con sus padres. Para que cada deporte crezca. Para que el fútbol recupere la mística que perdió por culpa de la crisis económica que obligó al último "miento-gerencia" (como solía decirle el querido "Cacho" Espíndola al gerenciamiento). Porque Ferro es un club lleno de deportes con gloria y gran aporte social, pero no hay que olvidarse que también es un club "de fútbol". Porque si bien es verdad que no hay que ser soberbio y creerse superior a los rivales de la categoría (B Nacional), la parcialidad no debe olvidar que el equipo de Caballito en el campo de juego y fuera de él fue grande entre los grandes. Por eso todavía los rivales respetan la camiseta verde, gracias a la historia. Ojalá que esa historia y el orgullo de jugar en un club prestigioso les sirva a los chicos que hoy arrancan, y que no los cargue de responsabilidades e insultos. Será importante en este semestre la participación de los hinchas, alentando y exigiéndoles a los jugadores y al cuerpo técnico esfuerzo y trabajo.
En "Oeste" algo está cambiando. En el festejo de sus 101 años, la institución logró reunir a 204 socios nuevos, entre los cuales seguramente muchos ya lo habían sido y decidieron volver. A este logró se llegó trabajando mucho para que la convocatoria tuviera éxito que finalmente tuvo. Por eso aunque al pueblo futbolero verdolaga le pueda parecer "tonta" la comparación, estos dos centenares de nuevos asociados son tal vez más importantes que el triunfo que tal vez se logre en la primera fecha frente a Tigre.
En Ferro, hoy más que nunca son importantes la unión y la participación. Y se nota que algo está cambiando para bien en la mentalidad de la gente. Ojalá que ningún resultado deportivo -sea victoria o derrota- aparte del camino a los que comenzaron a trabajar por la institución. El hincha y socio del "Verde" está en busca de un nuevo Ferro, muy parecido al "viejo"Ferro, que fue orgullo del barrio y modelo nacional.

Nicolás Clementoni

 

EL PADRE DEL MODELO

17-07-2005

Era chico, todavía adicto a las bermudas. Por ahí fue por eso que no tomaba consciencia de la dimensión del tipo. Pero veía a su boina asomarse por el club todos los días, paradito a un costado en la cancha de básquet; de sobremesa, café de por medio, con parte del plantel, era alguien más en la escenografía. Era como tenerlo al viejo en casa, uno se acostumbra a su presencia. A veces se lo siente imprescindible, en otras rival, a veces amigo, en otras lejano. Pero uno palpa su verdadera importancia cuando se va. La llegada del quiebre fue allá por el 94, el desgaste en la relación con la gente, los resultados deportivos, hicieron que el padre del éxito futbolístico de Ferro, el gestor de un modelo, tuviera que abrirle las vías al tren, para que avanzara solo, al menos, sin él.
Y acá está otra vez entre nosotros, cuando la formación descarriló, y sólo quedan los pasajeros de pie, buscando restaurar al Expreso del Oeste, ése que brillaba con él al volante. Desde fines del 79, cuando desembarcó desde Kimberley con su plan, hasta hoy, la relación fluctuó desde el romance por los títulos y la cantera sin fondo, a los insultos de una parte de los hinchas por el estilo de juego del epílogo. Sin embargo, el cordobés de la tonada indeleble, el de la descarga de tensiones en la batería, el amigo de otro grande como León (a secas, sin apellido, para los corazones verdes), ofrece sus dos manos ad honorem justo cuando varios las sacan, cuando más cuesta prestarlas, en un gesto que agiganta aún más el altar que le reservó la historia del club.
Ponele el rótulo que quieras a la figura, Asesor Futbolístico Honorario, órgano consultor, colaborador in eternum. Pero Carlos Timoteo Griguol pegó la vuelta a casa en el momento que lo necesitábamos y es hora de que todos, aquellos que le veneraron siempre y los que mutaron en su consideración, nos saquemos la boina ante su ayuda desinteresada, impulsada por el mismo amor y pertenencia que nos mueve a cada uno de nosotros. Por el estado y el momento de la institución, no podemos darnos el lujo de prescindir de gente de probada valía. Al fin y al cabo, en tiempos de crisis, siempre es bueno sentir la protección paternal cerca...

Pablo Cavallero

 

LA CASA INVITA 

10-07-2005

Tuvieron que crecer de golpe. No les quedó otro camino. Quemaron etapas.
Pusieron la cara por el equipo, por la gente y por el club. No pudieron.
No los perdonaron. Se fueron. Los Galant, Caffa, Lagos, Rodríguez, Cracco, Benítez, Giorgieff, incluso los Salmerón, Décima, Tula, Velázquez y Costas, con el título metropolitano en sus alforjas; incluso los Young, Saucedo, Artín...pibes de Ferro. De Ferro en serio. Los que vivieron descensos. Los que no saben de sonrisas. Los que no oyen halagos. Los postergados por la llegada en malón de jugadores de dudosa categoría y altísimos honorarios. Los olvidados en favor de los que no dejaron ni siquiera un recuerdo. Y ahora les toca a ellos, una vez más, poner la cara cuando todo parece caerse. Como en el 2000, cuando con el descenso consumado desde la misma llegada de Insúa los puso en el ojo del huracán para caer 7-0 ante Lanús. Ya no estaban, claro, Ascensio, Morales, Alfaro Moreno y otros restos de jugadores que desembarcaron en Ferro, endeudando aún más si cabe, sus arcas. Como en el 2001, menos de un año después, cuando ya no estaban Wilson Junior, Figún, Meijide, Cordon y el resto y hubo que salir a poner la cara en Los Polvorines ante Giménez y cía.
Incluso, si gusta, en el 2003, cuando Raimundo subió a bordo a varios que aún tenían dientes de leche. Y ahora, cuando Mascardi se fue dejando un halo de fracaso con cada paso rodeado de matones que dio en el club, se vuelve a necesitar de ellos. Y cuando se arma un nuevo proyecto futbolístico, austero, con parches por donde se lo mire, con las chirolas justas y a veces no, cuando alcanza para parar la olla y no todas las noches, y ahora cuando la gente (bendito seas hincha de Ferro, anónimo o no, ya te ganaste el cielo) se pone en campaña para cobijarlos bajo el abrazo y el billete, es cuando el espíritu se tiene que volver indomable.
Cuando la hombría desborda. Cuando el coraje florece. Es la hora de la fe. Es su hora chicos. Habrán de hacerse hombres ahora, cuando la situación los tiene a algunos de ellos con algunas cuadras recorridas.
Ahora, que la situación vuelve a ennegrecer futuros y nublar mentes preclaras. Y será ahora o nunca porque el objetivo, tal vez lejano, nunca olvidado, será la vuelta. Y debe ser ahora o nunca porque la responsabilidad es de ellos, de principio a fin. Y la realidad clama por un ahora o nunca, porque algunos ya no son pibes, son hombres. Y a los que son chicos les llegó el momento de jugar. Y a los que crecieron les llegó el momento de hacerse cargo de los gastos de la casa. Y al resto les queda la enorme responsabilidad de hacerles sentir que no están solos, que la patriada es posible, y que si el objetivo se torna impracticable, dejarles el agradecimiento, tan solo por estar. Tan solo por dar la cara. Tan solo por no dejar Ferro, aún cuando Ferro muchas veces les dio la espalda. Los pibes, el orgullo del barrio, los made in casa. Los que tienen la responsabilidad de llenarnos la billetera de felicidad y el arco contrario de goles. Los que demostrarán que esta camiseta, que llevan puesta desde purretes, está por encima de los nombres pero se emparenta con la gloria.
Estamos todos en el mismo camión, y vamos por el mismo camino. No se vislumbra el final, pero sí la firme voluntad de llegar a destino. 
A destino de Primera. 

Gustavo Medina

 

PARA SALVARLO... HAY QUE REFUNDARLO 

03-07-2005

Todos somos dueños de nuestro destino. Y responsables, claro, de lo que sucede con él. En un lugar colectivo, como lo es un club, cada miembro del mismo, por acción u omisión, pone su grano de arena en la construcción del sueño. Que se haya convertido en pesadilla, en el caso de nuestro Ferro, es algo que nos compete a todos. 
Este razonamiento no debe servir para licuar responsabilidades e igualar las cargas. De hecho, para cualquiera de nosotros sigue siendo inconcebible que alguien desangre a Ferro para su provecho personal. Lo que, está claro, ocurrió en mayor o menor medida con, como mínimo, las últimas cinco comisiones directivas que dirigieron los destinos del club. Pero los socios, más aún que los hinchas, tenemos nuestra cuotaparte: ¿dónde estábamos a mitad de los noventa cuando el club empezaba a venirse abajo? Muchos seguramente bailando sobre el titanic sin ver la dimensión del problema. Repartir culpas hoy no tiene sentido, sí comprometerse para tratar de sacar adelante a Ferro del estado terminal en que se encuentra. Porque en diciembre vencen los primeros tres años del fideicomiso y si el club no muestra que puede ser viable, algo que aún con el déficit actual puede maquillarse si hay buena voluntad, se cierra.
En este marco, muchos se preocupan por el fútbol. Déjenme primero que me preocupe por el social. No existe ningún plan serio de crecimiento de la masa social. Probablemente porque la mayoría de quienes quedaron como socios de la institución, pertenecen a una oligarquía de clase media que no ve bien perder ciertos privilegios. Ferro necesita una revolución y en toda revolución, hay cambios. El único futuro del club es apostar a traer pibes, a hacer crecer su colonia y sus escuelas deportivas y que después, esos pibes traigan a sus padres. Así creció y no de otra manera Ferro hasta llegar a sus 50.000 socios. Lógico: si muchos pibes se anotan en tenis, habrá que ampliar los horarios de la escuelita y los turnos disponibles serán menos. Si muchos se anotan en fútbol, probablemente el patio de atrás tenga un uso que no permita el picado informal. Si muchos se anotan en natación, quizá no sea tan cómodo ir a estirar brazos y piernas al globo. Si ninguno se anota, podés jugar al tenis tranquilo, nadar sin chocarte con nadie y patear sin que nadie te venga a sacar en el patio. Pero por un tiempo escaso, porque en ese camino Ferro va decididamente hacia su desaparición.
El órgano fiduciario lo único que ha hecho desde su asunción es administrar miseria. Quien esto escribe cree que en este punto, lo ha hecho razonablemente bien. El problema es que para pagar la deuda y salir del coma cuatro, Ferro necesita generar ingresos. Y en este punto, el OF no ha tomado ninguna medida imaginativa. Es aquí en donde se necesita de todos nosotros. De dejar de despotricar y empezar a proponer. Cuando la gente que sabe de su metier se mete en el club a hacer cosas, los resultados generalmente son buenos. Todo lo relacionado a los 100 años llevado adelante por socios, es un ejemplo (la fiesta, el libro, la agenda, la revista). Todo lo relacionado a los 100 años llevado adelante con improvisación por quienes tenían tareas de dirección, como el partido con Talleres o las diferentes actividades truncas que el club organizó y luego bajó, es un ejemplo por la negativa. 
Lo raro es que toda esta situación se da a partir de la salida de Mascardi como gerenciador del fútbol. Cualquiera que hubiese pisado Ferro otro día que no fuera el de los partidos de local, se hubiera dado cuenta de que algo anda mal, muy mal en el club. Yo, personalmente, no celebro la caída de Gerenciar y sí pienso que hubo una falta de inteligencia de ambas partes para ceder en aspectos claves y llegar a un entendimiento. Así como no se podía tener un contrato con Mascardi en los términos en que estaba planteado (contrato que jamás debería haber sido aceptado, así como tampoco el primer convenio de colaboración que se firma en el 2001), también debería entenderse que Ferro no es Racing, por lo que el piso de exigencia para con la empresa debería haber sido más bajo. Consumado los hechos, lo que preocupa es que se ve la misma inoperancia en el tema futbolístico que en lo que hubo hasta ahora en lo social. Lo primero que se les ocurre es dejar libres a todos los que tengan un contrato "oneroso" sin siquiera pensar en negociarlos. Pero ya está: ahora habrá que pelear con los pibes en la cancha y con nosotros, desde la popular, pero también desde el barro que en este momento es el club, para sacar adelante la situación. Porque los espejitos de colores se hicieron añicos y la imagen que nos devuelve el único que quedó no habla muy bien de lo que hemos hecho con nuestra propia casa.

Gustavo Grabia